domingo, 23 de agosto de 2020

(Cuento corto de Miedo) Miedo a la verdad.

Una pequeña anécdota de hace unos días.
 
El metropolitano fue el mudo testigo de este encuentro con un viejo virus que deteriora el alma de la gente, pues mi persona se encontraba en un viaje de traslado a lo que viene siendo su espacio laboral, sin presencia de la prisa por llegar al destino, entra al mentado servicio de transporte con la misma calma de su carácter neutro de peculiar meditación, con la seguridad de sus pasos que días anteriores la vida le ha cantado, creando su mundo ideal sin miedo a pandemias y sin rastro de bozales.
 
Aborda el tren sin prisa alguna ni burda competencia por sentar las nalgas en algún plastificado lugar sino siguiendo la armonía del llamado de un buen rincón para desenfundar su libro y ponerse a leer a su amado poeta de todos los lugares.
 
La congestión de pasajeros se sucede dentro del tren con un curioso desorden que impide rebasen el espacio de lectura de mi persona, quien sorprendido por el ovalo que cual frontera limitaba el paso de semejantes, continuaba devorando legajos de aquella narrativa impresa.
 
No fue sino hasta llegar a una famosa estación de cotidiano tráfico en abundancia que un palidecido trabajador del metropolitano experto en gritar y llevar gafas negras solicitó me colocara el bozal de inmediato, sintiendo su mirada furiosa decidí prestarle atención haciendo caso omiso a su orden, con las puertas del tren y cerca de nueve individuos separándonos, se propuso a repetirme la orden, no sin antes enfatizar la dirección de su mirada y tornándose en un tono rojizo de su desolado rostro.
 
Seis meses evitando usar un ridículo bozal que absurdamente llaman “obligatorio” ocasionó que le sonriera al enfurecido trabajador de traje marrón diciéndole “Si, así está bien” provocando la mirada de los adormilados compañeros pasajeros que sin saber lo que se sucedía allí volteaban a todos lados con cara de no saber ni que pedo pero desde ya dar solución.
 
No tardaron en deducir cual era la situación más sin embargo ni un respirar se escuchó en ese momento, sin la menor intención de obedecer, levante mi libro a la altura correcta para continuar interpretando aquellas bellas líneas literarias, las puertas del tren se cerraron dejando fuera al iracundo empleado de tacuche marrón, quien al verme partir solo dio un aviso por su radio que solo él sabrá a que demonio invocó.
 
Pero algo se despertó en los compañeros pasajeros de ese vagón, pues la mirada de odio de aquel empleado se había multiplicado en ellos, lanzándome miradas de tal modo que se podían adivinar sus pensares, murmullos comenzaron a evidenciarse en aquel apretado espacio de alientos compartidos y una tal Susana distancia chingando a su madre, murmullos más fuertes, acusaciones, invocación de autoridades y hasta un “Por eso les rompen su madre” se escuchó.
 
No fue sino hasta que les presté atención que supe a quién iban dirigidas esas densas vibraciones, pero comprensión no me faltaba, sabía por que me miraban así, era por aquel virus mortal, ese tan famoso y del que la mayoría de mis paisanos están infectados y pereciendo. “El Miedo”
 
El virus del miedo los había poseído a tal grado de pensar mil y un barbaries clamando un castigo a mi desobediencia, invocando a sus autoridades a encargarse de mí, deseando ver correr mi sangre por creer en algo diferente, por hacer uso de mi libertad, querían que claudicara, pero no, nunca más.
 
Reflejando muchas de las miradas más siniestras opte por seguir degustando aquel alimento literario y seguir brillando, sin sucumbir ante la negrura de aquella tiniebla que se gestaba en aquel vagón, el camino se despejó a mi paso cual si los hechos solo fungían de afirmación a esa forma de caminar que voy adoptando, no miré hacia atrás, respete toda vida y decisión, así el infierno sea el lugar donde quieren estar, la libertad es un don divino que nadie quiere aceptar.

jueves, 20 de agosto de 2020

La filosofía de Adolfo Hitler, La nueva “Normalidad” y la Farsa del COVID

Hitler decía que con el tiempo una mentira se convertirá en verdad, su jefe de campaña al inicio de cada discurso repetía, “Una mentira repetida mil veces se volverá una verdad”

Si algo he aprendido en este caminar es que el conocimiento puede ser un riesgo, pues recibimos información de cualquier lado y poco reparamos en descubrir la fuente, si es verídico y ya ni se diga el origen, pareciera que nos basta con que “parezca” verosímil para adoptar dicha información y –si es el caso- repetirla como un borreguito balando al sonido de otro borreguito que se le ocurrió balar un momento antes.

Pero ¿Qué pasaría si el chingado borrego decidiera cerrar el hocico?

Por supuesto que el animalito no puede detenerse a pensar si lo que dijo su hermano borrego es una verdad, o lastima a otro borrego o si su espontaneo balido tiene fundamentos para ser digno de ser replicado, ¿Qué tal que el primer borreguito soltó un balido que significa “soy puto”?

Claro que el borreguito no lo hace, pues en su condición animal su comportamiento se basa en el instinto, y reitero el instinto como condición animal, no humana.

¿Qué pasa cuando un humano replica estos comportamientos instintivos? Pues en mi opinión, reafirma la idea de la evolución, que no es la primera vez que pisamos esta tierra y que muy probablemente en esas anteriores oportunidades, no siempre fuimos humanos, eso explicaría muchas cosas, de lo contrario y opuesto al sentido de la “Evolución” seria que “El Instinto” – muy a pesar de que se presente más como un padecimiento que como una virtud- es normal en el humano, pero quizás me he salido de contexto.

Para una conciencia de tal evolución se requiere un cuerpo digno de transportarla, y la maravillosa ingeniería que presenta el cuerpo humano, con todos esos sentidos para percibir las más sutiles vibraciones del universo, aparte de no haber mejor vehículo para transportar dicha inteligencia, corresponde a la experiencia máxima de esta vida, la libertad.

La libertad es un mágico y muy alto dote propio de la más alta divinidad, pues desde ella se posee la capacidad única entre las especies “Decidir” pues su base ya no es el instinto sino la voluntad, así pues, tenemos la capacidad de escribir nuestro camino, de ir construyendo nuestro mundo perfecto, nuestro hogar anhelado, nuestra verdad, nuestra realidad, y he aquí la presencia del gran misterio, pues ¿Qué me anima –por ejemplo- a tomar un camino o una posibilidad entre millones de caminos y posibilidades que hay?

La respuesta es “Todos los demás”.

Todos y cada uno de los habitantes de este hermoso planeta posee las mismas cualidades que tú, todos con la mágica voluntad dicha ya, poder decidir, y vaya que se menosprecia el valor de este poder, es más, se desconoce el gran poder que tiene, un poder que –reitero- posee cada ser humano y que –como van las cosas- parece que nadie quiere accionar.

Se puede decidir amar u odiar, estar triste o feliz, enojado o alegre, decir la verdad o mentir, claro que hay mil circunstancias que circundan estas decisiones, pero son decisiones al fin.

EL COVID19 Y LA NUEVA NORMALIDAD

¿Soy el único al que la frase “Nueva Normalidad” le suena a “Nuevo Orden”?

Hay mil y un cosas que he querido decir de esta farsa (si, es una farsa, pero no te vayas, cree en lo que quieras, al menos lee el texto completo) pero cada vez que estoy a punto de publicar este escrito, algo sale al paso, así que será fragmentada y escribiré sobre esto hasta que le demos la espalda y nos liberemos juntos de esta mentira o nos cargue la chingada, que aun así seguiré sin creer en esta absurda.

Antes que nada, como ya dije, querido lector, es usted libre de pensar y creer en la verdad, historia o realidad que quiera, esta que expongo a continuación es mi experiencia, es mi verdad y le pido de corazón que no haga caso de ella, dude de ella, y salga a buscar su propia verdad, no la de otro, la suya.

Este tema se ha vuelto un tabú pues, tengo familiares, amigos y conocidos muy cercanos, muy amados que han sido convencidos por esta mentira, ya sea por la cantidad de basura que ve y escucha en los miedos…digo los medios, o porque a alguien cercano le dijeron que lo tenía o directamente a un familiar le dijeron que lo tenía y lo creyeron, y a riesgo de la incomodidad que puedan sentir al leer esto o escucharlo, no es mi intención ofender a nadie, sino todo lo contrario, invitarlos a una posibilidad de buena salud.

A mi parecer, esta farsa pone en evidencia el gran miedo a la muerte que tiene la gente, y es una gran tristeza que este canto se esté volviendo uno solo, es decir, que esta farsa está formando una idea colectiva a nivel mundial, un pensamiento unificado de gran poder, repito, lamentablemente es el miedo a la muerte, pero he aquí el rayo de luz, lo bueno de esto, la esperanza, que si bien es posible unificar la mente en un solo pensamiento, este puede ser cual sea, la propuesta es el Amor, pues si el miedo puede crear ruina como lo ha venido haciendo, imagínese querido lector invirtiendo la polaridad de este pensamiento, es decir, que en vez de tener miedo a todo, Amar a todo.

¿Dónde tiene la cabeza? Querido lector.

Una cosa es que te digan que tienes un virus y tú lo creas, y otra muy diferente que realmente tengas algo, y esto es lo más difícil de asimilar, pues esas maliciosas intenciones, esas siniestras palabras con las que inicie este escrito venidas del famoso Adolfo Hitler, se siguen manifestando hoy por hoy, y el método de repetir una y otra vez una mentira hasta que el pueblo se acostumbre a ella y la tome como su verdad está funcionando nuevamente, les funciono en el pasado, pero nunca una mentira será una verdad, sin importar las dimensiones, no me cansare de decirlo, una mentira pequeña, una mentira piadosa, nunca será verdad, la mentira siempre será mentira, la disfracen de mil maneras nunca lo será, y tarde o temprano caerán por su propio peso, toda mentira una por una, gota a gota.

El pueblo se ha olvidado que el sistema de salud en el país, (dígase seguro popular, dígase IMSS, ISSTE) pecan de ineficiencia, pecan de incapacidad, pecan de indiferencia, yo mismo fui testigo de la muerte de la abuela de un amigo a causa de la indiferencia de los que ahí laboran, ahí murió en su silla de ruedas al ser rechazada por no llevar un puto papel, y aquellos que han visitado estos edificios de la muerte sabrán de que hablo, ah pero todas son lecciones, y esta fue reveladora y es que le confiamos nuestra salud a un desconocido, y nunca tomamos responsabilidad de nuestro cuerpo, creen en la mentira de que al caer enfermos solo un doctor puede curarlos, o que tomando pastillas y drogas del negocio farmacéutico sanaran sus cuerpos, y ahí están, haciendo filas enormes en las farmacias y haciendo marchas exigiendo medicamentos, ah porque la filosofía Adolfo Hitler en algún momento te acostumbró a la idea de que el nombre “Doctor” se le aplica a una persona altamente preparada en su labor quien ejerce sus conocimientos con impecable clarividencia, viste una elegante bata blanca y por ningún motivo debes hacer caso omiso de sus indicaciones, al contrario, cree ciegamente en él”.

Hoy por hoy se ha simplificado, si tiene bata blanca es doctor, hazle caso, ahí tienes al imbécil Horacio Villalobos balando como cabra vieja “Háganles caso, ellos son los que saben, obedézcanlos”

Aquí me gustaría hacer un paréntesis para complementar lo antes escrito, pues si bien esta idea de los doctores por muy práctica que suene solo genera pereza, victimización, irresponsabilidad y dependencia, pues, se suele mirar el dedo de aquel que le señala el sol, porque la luz les quema los ojos.

El negocio farmacéutico y la mafia de la OMS (si, esa que te convenció de que hay una pandemia y debes tener miedo de tus semejantes y de tus manos) están ahí solo para dejarle seco querido lector, es decir, fungen como sistema de control para extraer todo recurso que usted querido lector pueda generar, a nivel tanto material y energético, porque si cree que solo se trata de una teoría conspirativa, ni se imagina quién o qué está detrás de estos negocios, no le alcanza la imaginación (equivalentemente a que tampoco le alcanzaría la imaginación para entender que tan importante es usted –querido lector para el universo)

Usted cae enfermo, asiste a su hospital más cercano o para el que le alcance, el tipo de bata blanca le dice que su enfermedad fue causada por un virus, le receta medicamentos, presuroso los compra y se los traga, como relojito cada tantas horas, le alivia sus síntomas y se queda con la idea de que “A que buen doctor me ha curado” y aquí se generan aquellos puntos que ya mencioné “pereza, victimización, irresponsabilidad y dependencia” pues, al repetirse la condición de enfermo a causa de la irresponsabilidad de sí mismo, se queda con la idea de que la causa es ajena a usted, y ya sea que regresa presuroso con el doctorcito que le atendió como demonio gruñón en el que se convierte por atender a otros mil irresponsables que le generan un sueldo pero eso no importa porque lo importante es que le va a curar, o sintiéndose muy chingon opta por saltarse ese paso y auto medicarse, total, ya sabe con qué se quitan sus síntomas, se traga dichas sustancias, siente nuevos síntomas pues su cuerpo no puede asimilar sustancias químicas como usted cree que lo hace y queda atrapado generando una dependencia a los medicamentos que sin darse cuenta se han convertido en el motor de su supuesta sanidad, porque cuidadito se le olvide tomarlos porque seguro su cuerpo colapsa.

Por otro lado en los pueblitos donde este negocio no ha expandido su red de mentiras, viven en humildad los famoso y perseguidos “curanderos” pero con ellos la historia es diferente, usted cae enfermo, al desconocer sus síntomas y remedio para los mismos, asiste al curandero (también les dicen chamanes, que solo trabajan para el bien común y en pro de la salud, asi que ya vaya desechando –querido lector cualquier otra idea absurda que tenga en su cabezota sobre este concepto, yo conozco a muchos y eso hacen, trabajan para el bien común, la sanidad común) que no se encuentra en ningún edificio blanco que apesta a muerte ni dentro de una oficina llena de diplomas que le dan aunque se haya hecho pendejo todo su ciclo escolar y libros que ni lee, no, usted llega (por rumores e indicaciones de la misma gente del pueblito) a su humilde casa donde lo encontrara trabajando, sin bata blanca pues no le interesa figurar ni seguir patrones, él lo atenderá, le brindara algún remedio, le invitara a que usted mismo se cure con recomendaciones, le mostrara la causa de sus padecimientos que radican en usted mismo, nada de bichitos que se le meten, la cooperación es voluntaria, a veces ni cobran, usted aprende, se vuelve responsable de su cuerpo, estará alerta de sus actos y emociones (las que realmente hacen que usted se enferme) descubre que la fuente de toda enfermedad en usted es usted mismo, si cae enfermo otra vez buscara el remedio casero que le compartió el curandero, se curará usted mismo, obtiene experiencia y compartirá lo aprendido.

La diferencia entre ambos casos es que uno es un negocio, el otro es mero servicio.

Y adivine –querido lector quienes son los perseguidos, los acusados de demonios, de brujos, de paganos, de males, de indios, menospreciados, discriminados, odiados…

Y quienes son a los que veneran, que les dan premios, diplomas, sueldos, riquezas, les dicen héroes, hazles caso, los buenos….. “Quédate en tu casa”

¿Ya entiende la función de la OMS? (organización mundial satánica)

Vaya Méxicanitos que ideas tan radicales tienen, a lo bueno le dicen malo y a lo malo le dicen bueno, a la luz llaman tinieblas y a las tinieblas luz.

El supuesto BUENO disque estudió y consiguió su puesto para sí mismo, el MALO no trabaja de doctor, solo sabe aliviar y te ayuda, el BUENO no te ayuda si no pagas, el MALO primero te ayuda y luego vemos, lo importante es tu salud, el BUENO trabaja para sus patrones, el MALO para su gente, el BUENO quiere llenar su cartera, el MALO quiere llenar el planeta de hombres y mujeres sanos, ni cartera tiene, ¿Ya entiende querido lector de qué lado está usted? ¿A quién le hace caso? ¿A quién adora?

Acá sale a relucir una gran pregunta, usted querido lector (sobre todo lo ya dicho) ¿sabe sanarse o sabe sanar su cuerpo?

(Yo me pregunto, ¿entonces para que escuchan a zona ganjah)

¿Se ha puesto –querido lector- a analizar sus síntomas y buscar en el trasfondo la causa de ellos? ¿Escuchar el canto de su cuerpo al comunicarle –en forma de dolores- la falta de armonía que lleva dentro? ¿O en su lugar se paniquea (asusta) y corre al doctor? ¿O peor, interpreta sus síntomas y se auto-medica o mejor dicho se auto-droga?

Nunca es tarde para aprender, hoy por hoy puede encontrar información muy valiosa en las redes, es su cuerpo, experimente, descubra por sí mismo o por sí misma, no se arrepentirá.

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN (EL IMPERIO DE LA MENTIRA)

No es nuevo esto de que en la TV solo hay basura, chatarra inservible y que es un medio sumamente controlado, aunque en apariencia figuren una batalla de televisoras, es solo para meter la idea de competencia en su cabezota –querido lector- y hacerle creer que usted elige el contenido, pero claro que para nada condeno el estiércol televisivo, porque más allá de la manipulación que implementan, las mentiras, la hipocresía, la violencia, la lujuria, la estupidez, el racismo, la intolerancia y desinformación vestida de cultura, no es más que un medio de entretenimiento, y como tal, cualquiera tiene la libertad de consumirlo a voluntad, ya sea para material de estudio, para evidenciar la decadencia humana o simplemente por ocio, como ya mencione, para entretenerse un rato, el gran problema es que han creído que se trata de un medio de información verídica o mejor dicho, de educación, y aquí entra el comportamiento compulsivo humano pues ¿Cuántas horas pasa consumiendo esta chatarra? Y ya de paso ¿de aquí proviene su principal fuente de información?

-“Es que lo dijeron en la TELE”
-“En las noticias dijeron esto”
-“Dijeron que el semáforo”
-“Y el semáforo”
-“Y el semáforo”
-“Y el semáforo”

Ahora, ya sabemos que la comida chatarra en abundancia hace daño y hasta puede enfermar y ¡ojo! no porque le digan “comida” quiere decir que es alimento, el problema es que tanto lo dicen que ya se “normalizo” y ahora creen que es alimento cuando de alimento nada tiene, “chatarra” es, pero algo interesante, ¿qué pasaría si no solo por la boca entra alimento? Pues, lo que escucha, ve y puede oler también funge como alimento, porque ha de saber –querido lector que la mente también se enferma, me atrevo a decir que es donde más mal estamos hablando de salud, o ¿me va a decir que un tipo que asesina a otro goza de buena salud mental? O un político que miente, roba, es alcohólico y vende su patria al extranjero ¿tiene una buena salud mental? O que pasa si un grupo de disque pasivos pasajeros del transporte público golpean sin piedad a su semejante en el momento justo que la vida les pone a prueba que tan aptos para DAR son ¿gozan de salud mental? O peor, un grupo de personas que gozan y disfrutan de ver estos actos, observando desde su morbo la violencia vestida de justicia y que de justicia nada tiene si no de acto criminal ¿tienen salud mental?

¿Qué tiene que ver con el contexto principal?

Pues es aquí donde radica la principal fuente de Educación, porque muy a pesar de que para nada debería serlo, si pretende serlo, a tal grado de que hoy por hoy se planea transmitir incluso un canal “educativo” supuestos programas estudiantiles para que su pobre hijo esté aún más pegado a dicho aparato y desde ya adopte la idea de que la TV es quien lo educara… lamentable ¿hasta donde piensa llegar querido lector por ese miedo a una partícula invisible?

Si de por sí ya es deplorable que en un canal de programación dedicada a los infantes transmitan spots, publicidad y campaña política, vociferando odio, vociferando mentira, hipocresía y amenazas típicas de los gusanos mediocres, prostitutas que tras aceptar el dinero del mismo pueblo aceptan escupir odio a otro candidato en esa lucha por el poder…..bravo IPN, bravo.

Es usted mismo querido lector, el que se condena, el que se pone la soga al cuello al creer en las mentiras de la TV y de sus mediocres redes sociales que ya se están convirtiendo en la otra TV, que poco a poco van implementando la filosofía Adolfo Hitler con propaganda vestida de moda, tendencia, “normalidad” que no es más que control, hasta acostumbrarlo a verla y la adopte como vida.

¿Quién diría que el rastrero regueton (y digo rastrero por su densa naturaleza energética de baja frecuencia) es ahora lo “Normal” de sonar en radio y TV cuando otrora fue tan criticado y condenado por los mismos que ahora lo aplauden? (si, no sé cómo se escribe y ni me interesa saberlo)

He aquí la hipocresía de estos medios, disfrazando todo de cambio, moda, tendencia y vanguardia cuando la misma basura ha sido desde siempre, la misma red demoniaca que parasita el medio y las mentes débiles, luchando por la mentira, por la esclavitud mental, por la obediencia, por el miedo de las masas.

¿Qué pasa cuando aparece alguien a decir lo contrario a ellos? Lo Ridiculizan.

La nueva crucifixión, no hace falta mandarlos a callar a filo de espada o plomo ardiente, no, basta mandar a sus esbirros nefastos, sus íconos más soberbios, mas obedientes, ídolos del estiércol a iniciar la burla colectiva, utilizando el poder del medio televisivo diciéndoles a sus mediocres espectadores que está bien y que mal, que es verdad y que es mentira, desprestigiando la opinión diversa.

Ya está más que comprobado –a nivel histórico y al menos personal- que el sistema de “educación” que tiene México (si, centrémonos en mi México) es un fracaso, los frutos de dicho árbol están podridos, no sirven, hacen daño, crea criminales, moral falsa, crea separación, fue diseñado para crear control, y como choca con el natural y portentoso sentido de libertad que posee el humano, crea confusión, locura y un sinfín de desaciertos que suelen llamar “defectos” o malas conductas, creando un pinche desmadre social donde unos se creen más que otros a nivel “humano” se creen más evolucionados, más inteligentes, más fuertes, más bellos, mas espirituales, mas buenos, más hombres , más mujeres, más femeninos, más amables, más sabios, más malvados, más crueles, más locos y hasta más pendejos, basta mirar a tu alrededor y lo reconocerás, esa “educación” que nos hace creer que somos buenas personas, esa que se instala en la psique interpretando su entorno, y he aquí el problema, que teniendo este sistema como base o cimiento, queremos interpretar nuestra vida, y si, ya sé que lo repetí, era preciso hacerlo.

Esto es tan importante porque ese árbol educativo ya está podrido, y usted querido lector teniendo como cimiento esa información errónea, precisa de querer interpretar su vida y la de los demás, ya sea en su nueva educación, en su relación o matrimonio, en su carrera laboral y hasta en su camino espiritual.

La “Educación” no es más que información, los recuerdos, los ideales, las creencias, es información precisa, obtenida de nuestro entorno, reservada y aplicada, a veces favorable, en otras desfavorece y se requiere cambiarla, el problema es que en lugar de tomar esta información como herramienta, se adopta como verdad absoluta, y basta ver a los demás borreguitos balar en el mismo tono para unirse al desafinado coro de la esclavitud, porque quien cree ciegamente en esa “educación” no es más que un esclavo.

Por supuesto que todo esto es solo una pequeña parte del problema, hay miles de cosas que atender, mas sin embargo este tema de la farsa pandemia es la que hoy hay que eliminar, pues hoy por hoy querido lector se está dejando llevar por la corriente de mentiras, paranoia e histeria colectiva de la muchedumbre y los mentirosos medios de comunicación, que cual estampida fatal lo conducen a usted –querido lector al borde del abismo, la propuesta es dejar de tener miedo, darle las espalda al miedo, a la inseguridad, a la preocupación, darle la bienvenida al amor, a la seguridad, a la bienaventuranza, a la vida.

Está farsa solo terminara al unirnos todos contra ella, poniendo en evidencia la verdad, siendo el ejemplo de ella, no el ejemplo de obediencia, sino el ejemplo de la vida, y es aquí donde se requiere de su poder de voluntad divina, de decisión, invocar la verdad, dar la vida por la verdad, dar la vida por la libertad, dar la vida por el amor.

Viene a mi mente el bien amado nazareno, el maestro Jesús, y me parece gracioso que los cristianos más acérrimos le temen a la vida cuando el ejemplo de ella podría ser, o usted querido lector ¿se imagina al maestro Jesús atendiendo y sanando a leprosos con un ridículo cubre bocas?.

La farsa del COVID

Hoy la tristeza es más que nunca, hoy van gustosos y risueños con su bozal de oro.

Usted sabe querido lector ¿Cuánto tiempo debo estar expuesto para contagiarme? Y ¿expuesto a qué?

A decir verdad y repitiéndolo nuevamente, no he creído en esta farsa desde el principio, debido a esto me he negado a usar el cubre-bocas, ese peculiar bozal que hoy por hoy llevan ya como una prenda más de su vestuario, hoy por hoy debe combinar con sus banales harapos, un bozal que vaya con su personalidad, unos caros, otros baratos, pero bozal al final, “será jaula de oro pero no dejara de ser prisión” dice la canción.

Desde el inicio no lo he usado, así he salido a la calle, he viajado en trasporte, en el metropolitano y aquí sigo, así que para que lo sepa querido lector, es una mentira que si no usa un ridículo bozal usted se contagiara, es una mentira como mentira es que de no sentir síntomas usted es portador, pues llevo 6 meses sin guardar distancia y mi amada compañera y amados familiares se encuentran aquí sin síntoma alguno, es mentira querido lector, es mentira, no importa cuántos argumentos utilice, no importa cuántos familiares se le enfermen, cuantos conocidos se le mueran, las enfermedades no funcionan así, este es mi experimento, mi investigación, la que he hecho con mi cuerpo, con mi vida, y esta es mi verdad, salgo sin miedo al mundo a respirarlo, a abrazarlo (si supiera usted querido lector cuanta luz genera al dar un abrazo) a vivirlo plenamente, no podrá convencerme, no podrá hacerme claudicar, no me arrastrara a una vida de temor y preocupación, ya me he convencido, a esta farsa hay que darle la espalda, luchar por la verdad, morir por la verdad, vivir con libertad.

No pongo en duda ni niego la existencia de aquellas células denominadas “Virus” convivimos con ellas desde siempre, y así sea una bacteria creada por el creador del “Windows” que no puedes dejar de usar, un cuerpo hecho en la conciencia no se enferma, un cuerpo sano no sucumbe a virus, ni pandemias ni a pestes ni a males de ojo ni a brujería ni a nada de eso, y esa es la invitación, nuevamente, abordar al amor, amarse unos a otros, “Amaos los unos a los otros” brillando en la conciencia las tinieblas se dispersan.

lunes, 10 de agosto de 2020

(Cuento Corto) Un Relato de Mierda

Mientras termino de conceptualizar un escrito sobre la situación de mi amado país, apareció este relato dictado desde el inframundo por un querido amigo que con tal transparencia comparte a carcajadas sus vivencias.
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PRELUDIO
A veces uno cae internado sin aviso previo y puede que justo no haya cagado en dos o tres días previos.

Va al operatorio y puede que esté unos 4 o 5 días más sin cagár.

Imaginen que es un factor de riesgo hacer fuerza y que se salten las puntadas, o que se rompa el arreglo que te han hecho.

Más severo para la psiquis es cuando se trata de los pulmones.

La medicación que te dan, causa resequedad y estreñimiento de tal modo que es casi insospechado para la gente que nunca se ha hospitalizado.

El tema es que uno aprende esta verdad una vez transcurrido el suceso.

De vuelta a la casa, sin haber cagado en tanto, y ya sin ganas de cagar, (muy similar al hambre que se deja de sentir en el ayuno) uno se auto convence de que es mejor ir al baño a ver qué onda.

1

Él, preocupado veía su estómago hincharse.

Las tripas ya no tenían manera de rugir a falta de espacio.

Sin estar en plena consciencia, recordaba somnolientamente que la extrañeza que sentía era por la consolidación de un estado intestinal extraño.

EL PRIMER DÍA.

Fue y se sentó en el trono de cagar, tomó la revista y comenzó a ojearla, el silencio delator incomodaba el natural proceder de la defecación, la puerta era delgada y desde el baño parecía escucharse hasta la respiración de las personas situadas en la cocina, cual si atentos de la situación estaban.

Al menos a la inversa era así, desde el baño se escuchaba todo sonido exterior.

Comenzó a ajustar los esfuerzos, la presión, comenzó a calibrar el esfínter de manera sabia, había aprendido a cagar desde el sigilo en otras apretadas oportunidades sociales, todo un cagador furtivo.

Esta postura felina de cagar le pareció oportuna, hasta que asumió - después de 20 minutos - que de esa manera no podía desestresar la hinchazón intestinal.
- “Estoy medio seco” – dijo él.

Se sacó el Suéter, casi estaba transpirando.

Como no había opción, perdió el miedo a quedar expuesto y empezó a pujar más, confiado que ningún pedo rotundo iba a estallar.

De pronto, tuvo un micro despertar que lo llenó de estupor, y casi pánico.

Se había dado cuenta que no estaba funcionando, tampoco la desinhibición, su mente empezó a tomar oleaje.

Empezó con pequeñas dudas, preguntas.
-¿Será que la vergüenza es demasiada?
-¿Será que estoy demasiado recto?
-¿Quizá debo cambiar de posición para cagar?
-¿Un masaje en los intestinos ayudara? –Se preguntaba él.

Ya llevaba mucho tiempo ahí, más de lo esperado, le preocupaba que en cualquier momento debería explicar a voz retumbante por el eco del baño cerrado, que se encontraba bien, estable, solo un poco demorado, que lo esperen.

Las imágenes que se le cruzaban por la percepción eran todas nefastas, sentía que tenía un corcho en el culo, que un tapón evitaría para siempre poder cagar, se vio llegando al hospital de urgencias donde le practicaban un enema en forma de exposición explicativa siete médicos cada cual con su grupo de cinco estudiantes dotados de una atención precisa.

Respiró, volvió en sí, solo estaba un poco seco y no podía cagar naturalmente.

Se dio cuenta que estaba asustado por lesiones de otrora, entonces supo que debía ser una especie de frigidez anal lo que le ocurría.

Ya rozaba los 40 minutos.

Empezó a transpirar, se decidió por hacer fuerza, recordó sus pulmones en recuperación.

Aprendió a separar y operar un selecto grupo muscular para tal ocasión, pero nada, ni un pedacito.

Las piernas ya estaban dormidas.

El pecho resoplaba.

Se decidió, empujó con todas sus fuerzas teniendo especial cuidado y logrando no forzar la caja torácica, su temperatura se manifestaba cambiándole su tonalidad en un rojo suave, su vista se nublaba, sentía que perdía su forma humana original, empujó y empujó, pero nada salió, ni por asomo.

Ya superaba la hora con diez minutos.

Decidió explorar.

No había guantes, pero ya nada importaba en ese momento, prefería intervenir él que un grupo de desconocidos.

Lo dudó un momento, al fin se encomendó a la obra.

Usó el tacto para sondear la situación, pero nada parecía aflorar del culo, relajó el esfínter lo más que pudo e intentó meter un dedo.

Pudo hacerlo y se encontró con la sorpresa: tenía una tortuga atravesada, un caparazón de mierda dura, mármol, granito, sorete compactado, un bolón iceberg de misteriosa profundidad, era alarmante.

Entendió la naturaleza del esfínter, es un anillo, tipo resorte de calzón, elástico sí, pero no infinitamente.

Pudo ingresar con el dedo a improvisar una ayuda que permitiese empujar el cerote hacia afuera.

El ano contribuyó también girando el bolo cada tanto de acá para allá.

Gente seca de vientre, atiendan: siempre déjense una uña de algún dedo semi-larga, les puede ayudar a seguir viviendo.

Ancló la uña tipo sacacorchos en una esquina del mojón; con mucha maña y prudencia de no pellizcarse, logró sacar una partecita del yeso marrón atorado.

Sintió que avanzaba, aun así, cuando espió el inodoro, no era más que una migaja insignificante.

Olor a mierda salía por todos lados, los brazos enredados, el torso encorvado en dos y la diligencia del asunto fue total sorpresa para el niño que entró al baño sin aviso previo.
-¿Que ta siendo? -Preguntó el niñito extraviado.
-Me estoy rascando! ándate afuera! –Dijo él.

La madre apareció detrás del niño y con espanto se tapó la boca.

El tiempo se congeló, los segundos dejaron de sucederse.

Lo agarraron con las manos en el culo.

Él quiso explicar, pero cuando en su gesto levantó las manos, tenía los dedos llenos de caca seca.

Ella se desmayó.

El nene también, de la ceja brotaba sangre.

A esta altura debo retomar el relato unos momentos de lo que sucedía afuera.

Estaban Elida, Eleonor y Arturo el niño, en la cocina hablando, la idea era que Elida conozca a su nuevo yerno.

DE REGRESO.

Elida aparece también detrás de los desmayados.
-¡HiijiittAAAAH! –Exclama Elida al ver espectáculo inclasificable.

Pero gracias a Dios, las suegras son duras, ella no se desmayó, solo se agarró la cabeza dándose cuenta que existía una situación a resolver.
-Que tal. –Dijo él desde el inodoro -Que le voy a explicar, no puedo cagar.
-Ya veo mijito, Que tal: soy Elida.
-Que tal Elida; discúlpeme que no la salude, ¿Cómo estuvo el viaje?
-Bien querido, pero no nos distraigamos, déjeme ayudarle.

Fue así que empezó la relación suegra yerno.

Ella, aflorando una elegante confianza del tema, muy seguramente por haber padecido una experiencia similar, logro hacer lo imposible.

Metió sus dos manos entre las piernas de él, y con gran maestría empezó a jalar el sorete en todas direcciones para encontrar la posición que pudiera favorecer la cagada.
-Que bueno suegrita querida que está usted acá.
-No se preocupe mijo, aunque le digo que está complicado, espere aquí que ya vengo.

Y así fue, volvió con el Eduardo, para que mire y le dé u consejo.
-Es cosa de paciencia. -Le dijo el Eduardo.
-Va a tener que desmantelar grano a grano esa cosa que tiene ahí usted.
-Ayúdeme. -Le dijo la Elida.
-Espere que no ando solo –Dijo el Eduardo y gritó -¡HE! ¡traigansen los pulques para acá que tenemos casi un parto!.

Finalmente tipo topos de uno en uno fueron probando quien avanzaba mejor, era mucha caca y sobraba el tiempo, hasta que por fin, como si el final del tapón hubiera dislocado, un chorro interminable de mierda blanda y tibia empezó a salir del ano dolorido.
-¡AAAAHHH! -Hicieron todos al unísono...

Aunque morían de ganas, nadie quiso aplaudir, se contuvieron las ganas de abrazarse, algunos despistados equivocadamente se rascaron la picazón de la oreja o comisura manchándose.

Limpiaron entre todos, renovaron los pulques.

Al niño y la madre los dejaron desmayados que se veían descansar.

Se tomaron como tres cubetas de pulque con taquitos de chicharrón, esto a recomendación de la suegra.

Se cortaron las uñas y se pasaron los teléfonos, mucha cortesía y risas respetuosas lograron brotar en comunión.

Prometía todo esto una larga larga unión familiar, y así fue.

FIN

(Anecdota) Panegíricos del corazón - "Gimme Tha Power" - Molotov


Allá por el año 1998 cuando la escuché por primera vez, fue a escondidas de mis padres y los padres de un amigo quien me la presentó en forma de tesoro secreto y pecador, pues siendo niños, el tema de no decir groserías era la tendencia más popular, popular porque todos las decíamos, todo consecuencia de la prohibición impuesta por nuestros padres, pues con tal decreto nos enseñaron a nosotros los niños, que se trataban de palabras que podían ofender, de carácter moral, sucias y sobre todo bien pinches  graciosas.

Mucho de lo que uno aprende de niño va acompañado de un concepto propio de quien te lo explica, en este caso, seguramente sin saberlo, los padres le recetan a sus hijos un curso exprés y a veces intensivo (y hasta a punta de chanclasos) de como ofender e insultar a alguien, esto en el momento justo que prohíben decir ciertas palabras, pues sabido es que la palabra prohibir también significa invitar, en ese sentido, los papás de ese tiempo no tenían precisamente un sentido común muy brillante y desconocían por completo los principios de la psicología inversa, producto claro de la propia educación que recibieron de sus padres que si bien el dolor y traumas no terminaron de filtrar lo bueno y desechar lo no bueno del todo, causando se repitieran viejos métodos de la santa inquisición (y otros no tan gachos lo admito), no podemos culparlos por sus métodos.

Recuerdo un caso muy curioso donde un inocente y algo despistado compañero de salón de aquellos viejos años de la primaria, se la pasaba repitiendo la palabra “panocha” utilizándola como adjetivo calificativo a la menor provocación, “Tienes cara de panocha juar juar juar” ”Pareces una panocha” “Hueles a panocha” y sin sentidos así, y digo inocente porque estoy seguro que el chamaco muy probablemente no sabía lo que decía, todo terminó después de una intervención innecesariamente agresiva del profesor en turno quien lo castigó con el peor de los castigos para un pequeño de tercer grado de primaria: “Mañana me traes a tu mamá” (En términos generales claro, para mí el peor castigo era “Te quedas sin recreo y mañana me traes a tu mamá” hacían buenas combinaciones los gachos)  no sin antes medio traumarlo con un sermón a grito y portazo sobre no decir esa mala palabra por así tratarse de una grosería, pues al parecer de esa forma el maestro conocía al órgano reproductor femenino, y efectivamente era el maestro quien nos dotó de aquella información pues hasta ese momento nosotros conocíamos a la vagina como la segunda cola de las niñas.

Este personaje con cargo de profesor nos dio bastante en que pensar, pues como vuelvo a repetir, esa prohibición entra inmediatamente en discordia con el espíritu naturalmente libre de un niño, provocando que de manera inconsciente uno desee hacer todo lo contrario por así emocionante que es, poniendo a prueba ese carácter pillo a la espera de ser descubierto desobedeciendo, esto por ese efecto natural e invitación a la rebeldía que viene siempre acompañada de cualquier prohibición.
Pues al cabo de unos días todas nuestras madrecitas tuvieron que asistir al salón pues ya habíamos contaminado media escuela con dicha información y casualmente todos ya utilizábamos dicha palabra para ofender sin siquiera saber el significado real o impuesto, daba igual, nos la habían prohibido y había que utilizarla a escondidas.

Cosa curiosa la de aquel profesor pero completamente comprensible, digo, es un efecto natural propio de la soberbia que germina en todo aquel individuo o individua con cargo de profesor, donde, figurando tal puesto laboral o sobrenombre, ven a todos sus semejantes como alumnos a quien EDUCAR:

- Que ¿En qué trabajo? Soy maestro (Te voy a educar y enseñar)

En dicho evento, yo tenía dos dudas muy contundentes en mi pequeño y –según mi maestro- limitado cerebrito de niño, una era, ¿De dónde aprendió Guillermo la palabra panocha? Y la otra, el profe, ¿no era más sencillo decirle a Guillermo que panocha es el nombre típico de un pan de dulce característico de Aguascalientes o de provincia? Quizás de este modo le quitaba toda hilaridad a la palabra y de inmediato la dejaría de decir buscando otra de carácter lujurioso u ofensivo.

Al parecer es necesario “UBICAR” al infante en el mismo nivel pecador, lujurioso, enfermo, arcaico, vergonzoso y grosero de los adultos.

Es por ello que fuimos de la generación más grosera que pudo haber, pero grosera en el sentido hilarante –aquellos con padres y familia de condición conservadora lo entenderán- a muchos con el tiempo se les quitó la necesidad de expresar una de vez en vez o simplemente las sacaron de su léxico (al menos publica y socialmente) pero a muchos otros pura verga que no, pues de cierto modo, se aprende que no hay malas palabras o palabras sucias y que de hecho las palabras no ofenden o lastiman, (en términos un tanto generales, pues realmente en teoría todo léxico ya es sucio, perdimos la lengua sagrada y ahora todos hablamos la lengua maldita de babel) yo creo, que ofenden y lastiman las intenciones, cosas muy diferentes, pues a veces uno puede referirse a un compañero o hasta un hermano con alguna de estas famosas palabras sin la menor intención de ofenderle o lastimarle:

- Qué onda pendejo ¿Cómo estás?

- Qué onda puto, bien ¿y tú?

- Ps acá valiendo verga

(Claro, sin mencionar el famoso “albur” mexicano, que me parece la cosa más homosexual que existe, algo contradictorio que se mantenga el gusto de esta práctica particularmente en sectores intolerantes, pero se hace presente la misma situación que con mi amiguito Guillermo y su palabra, ¿sabrán realmente lo que se sugieren al “alburearse”?)

Una experiencia muy significativa fue cuando en la casa de una querida amiga me sorprendió escuchar que en una plática de lo más común su padre le respondió con un “Oite pendeja” cosa que me sacó de cuadro por un momento hasta que la chica carcajeo poniendo en evidencia la gran unión y confianza que hay en ellos, no era para menos, una de las familias más unidas y hermosas que conozco.

Por supuesto que hay una línea muy delgada en esto pero ya depende de quién vocifera, pues los hay quien utilizan este léxico para ofender y lastimar, pero creo yo que lejos de ofendernos con una amenaza de esta índole, más bien habría que sentir compasión por la limitada condición del que quiere tambalearnos con palabras altisonantes.
Aunque claro, también depende mucho de la seguridad y orgullo del receptor que se puedan ver rebasadas por unas cuantas palabras que recuerden a su mamá, porque ya hablamos del no te metas con mi madre, con mi madre patria sagrada, mi patria lastimada, violada, prostituida, al borde del abismo, pero así les gusta a los mexicanos, no te metas con mi patria o la guerra encontraras.
 y todavía sigo recibiendo represalias y comentarios negativos y agresivos por sugerir cambiar el himno nacional mexicano en aquel escrito y video (que dicho sea de paso, de himno nada tiene y de nación menos)

Quizás no haga falta reiterar pero que va, tomaré de ejemplo los comediantes, y por más señas al hilarante polo polo, quien con un característico estilo de comedia utiliza este léxico para hacer reír a la gente, demostrando lo ya señalado, que las famosas groserías no son más que palabras muertas y que todo cambia con tan solo mirar las intenciones que hay detrás, en este caso las de hacerte reír, muy diferente a un acto de lo más instintivo, rudimentario y despreciable, el querer ofender o lastimar a alguien.

Volviendo al lío.

Sin entender mucho de lo que decía la letra de la canción (Gimme Tha Power) nos limitábamos a reír al escuchar aquellas palabras llegando así un sentimiento de libertad que nos quitaba esa pena y prohibición de hablar como se nos dé la gana, sonando más esos temas que evocan rebeldía insulsa como “Puto” o “Chinga tu madre” y que conste que así se llaman estas canciones, no se vaya a ofender querido lector.

Así que a Gimme tha power no le hacíamos mucho caso, todo cambio tiempo después al comprender realmente qué estaban diciendo, pues ahora con las palabras altisonantes relegadas a segundo plano donde carecen de importancia, la canción me comunicaba un tema que estaba en todos los que me rodeaban y mejor dicho en todo mi entorno, la impotencia nacional.

La canción relata una realidad común en el mexicano, la de un gobierno viviendo en el descaro, ladrón, corrupto y sin la menor dignidad, aprovechándose del sudor del pueblo para mantener así una vida de placeres con desfalco, sin saber dar, sin saber compartir, sin saber dirigir, sin saber gobernar, donde los impuestos solo sirven para chingarse a los jodidos, que no mamen.

Por supuesto que este tema fue tratado mucho antes por muchos más, comunicado de diversas formas pues como dije ya, era una realidad que cual yugo carga el mexicano y me atrevo a decir que a la fecha muchos sienten esa impotencia ante las descaradas actitudes de los dirigentes (Que solo dirigen sus corruptos intereses) provocando se genere de manera natural la idea de que México está gobernado por idiotas, y es por esto, que esta rola me parece tan contundente, pues refleja muy bien el hartazgo del pueblo trabajador, de ese que a pesar de los daños le ofrece otra oportunidad a los que con promesas falsas les condicionan alivio, solo para volver a darles la puñalada.

Lamentablemente a Molotov les llegaron al precio y la gran ramera los ha fornicado, figurando canciones de los más estúpidas y complacientes, nunca alcanzando o manteniendo al menos ese espíritu rebelde hacia el sistema que tanto criticaron, donde sale a relucir su falsa imagen que más allá de figurar rebeldía solo buscaban estar en boca de todos, a que buenas mañas ¿verdad?, ahora malinterpretando sus conceptos entregando melodías tan hipócritamente racistas como su hit “FRIJOLERO” una carta de odio y racismo hacia los estadounidenses, apelando a la lastimera y mediocre idea del mexicano holgazán “Es que ellos son bien racistas” “Es que los gringos odian a los mexicanos” 

De este modo –y antes de- en “Gimme tha power” Molotov hace una invitación al “Ya basta” de aquel gobierno nefasto y caduco, pero de una forma fresca y emotiva con –se podría decir- un argumento, y no solo gritar basura al gobierno solo porque sí, me parece de las pocas canciones de molotov donde se puede apreciar un contenido que no sabe a “Redundancia” y curiosamente a la fecha sigue sonando por dos razones, una que es, la añoranza, de que como producto de su época, entristece saber que poco se ha avanzado en el tema, y pone en evidencia un México, aun en sueños, aun dormido, y la otra por –como ya mencione- a la fecha se sigue cargando –no todos claro- esa impotencia nacional, esto se puede ver reflejado por ejemplo en las redes sociales, donde a la menor provocación comienzan a vociferar basura contra el uno y contra el otro, todo esto porque de cierto modo las redes sociales ofrecen está posibilidad, la de figurar detrás de un falso perfil, muy triste por cierto que el anonimato sea su fuente de valentía, pero en algún momento se dejará de vociferar y se comenzara a comunicar de verdad pues, no puedes seguir siendo un ser vociferante todo el tiempo, hay que avanzar, una pena que hoy por hoy este tema –Gimme tha Power- siga sonando por esta segunda razón, que después de su salida hace casi 22 años, aquel que la suena se siga identificando con ella en el sentido práctico de la impotencia nacional, dejando en evidencia la triste realidad de México y su pueblo, donde sale a relucir esa comodidad que ofrece una venda en los ojos, pues como ya he mencionado, es el pueblo reflejo de su gobierno y viceversa, es el pueblo el que no quiere despertar de sus mil sueños, pero los tiempos cambian, pues todos son guerreros natos y no hay retroceso, el despertar es inevitable pues hacia allá se mueve todo, lento quizás, pero seguro, algún día cambiaran, algún día cambiaran.

Recomiendo Re-escuches la rola una vez más.

Muchas Gracias.